10 feb 2012

Una receta muy especial - Sangre para Pattinson





Una docena de murciélagos había rondado mi casa en el País de las Gastrosofías durante toda la noche y eso me puso en alerta. No eran murciélagos de esos pequeños a los que estamos acostumbrados. Al contrario. Eran grandes y lucían colmillos afilados. Tanto como el cuchillo de un buen cocinero.

Pasada la medianoche llegó Edward Cullen, conocido como Robert Pattinson entre los humanos. El personaje de Crepúsculo estaba pálido. Más blanco y reluciente que la luna, que estos días brilla con ganas tras la penumbra siberiana. Nada más cruzó el umbral de mi casa, se arrodilló y se me puso a llorar como una magdalena. (En verdad, si yo fuera muy machote, debería decir eso de “como una niñata”. Pero no es mi caso). El vampiro más famoso del momento estaba desesperado. “Si tuviera alma, no podría con ella”, me susurró, al tiempo que me explicó que llevaba muchísimas noches sin poder absorber “una pizquilla” de sangre. “Los humanos están en las últimas, casi consumidos; ya no corre sangre por sus venas….”, lamentó entre sollozos incontrolados. Le expliqué que debería ponerse al día, que llevamos un tiempo en el que otros vampiros, que se disfrazan de banqueros políticos y otros dráculas del lugar, nos están chupando hasta la última gota de nuestra sangre. Y que la cosa está mal. “Eso de ir por ahí enseñando abdominales para conquistar a una moza y luego absorber hasta la última gota de su sangre se te ha acabado, compañero”, le advertí. Y le dije que el único consejo que le podía dar es que se olvidara de los humanos y pusiera sus ojos en otras dianas. Él me miró con espanto. ¿Un vampiro tan pijo bebiendo sangre de ave? ¿El vampiro más VIP, bajando hasta el corral?




La cosa fue cambiando cuando recuperó energía probando una excepcional morcilla de Requena. Y le hablé de la gran cantidad de platos que se podrían preparar con sangre. Hasta le comenté de una receta chilena, el Ñachi, hecha a base de cordero, sal, cilantro, ají, limón y aceite. Pero, mira tú por donde, el mismísimo Robert Pattinson prefirió mi sangre. Bueno, no la mía, sino la que preparo. Tanto, que ya me ha dicho que ha triunfado con mi receta con Kristien Stewart y que el fin de semana va a preparar un guateque vampírico en el que va a servir sangre encebollada a todo el mundo… Pues nada, a disfrutar. Yo me vuelvo a mi ataúd, perdón a la cama. Y mañana, más. ¡Ah! Aquí va mi receta…

Sangre encebollada (Sangueta amb ceba)

Se trata de un plato muy típico en la Comunitat Valenciana, especialmente en l’Alcoià. Eso sí, yo te ofrezco mi versión libre.


Los ingredientes: Sangre cuajada. Se vende así en cualquier supermercado. Yo utilizo en esta receta la de ave. Cebolla. Tomillo y romero fresco (se puede sustituir por laurel). Dos cucharadas de salsa de tomate casero. Un chorro generoso de Pedro Ximénez. Sal. Pimienta negra en grano. Pimentón dulce. Aceite de oliva.


El plato se elabora de forma muy sencilla. Incorpora la cebolla y la pochamos; luego se añade la sangre a dados pequeños y las hierbas; se les da varias vueltas, incorporamos el Pedro Ximenez y cuando reduzca la salsa de tomate, un poco de agua y dejarle reducir poco a poco. A fuego lento. Como siempre… A la hora de emplatar se añade una pizca de pimentón dulce.



Gracias a LaSagaAmanecer

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