7 feb 2011

Amanecer: Cap. 2 - Endemoniadamente seguro de que no había previsto eso

No planeaba realmente decirle adiós a mi padre.

Después de todo, una rápida llamada a Sam y el juego reiniciaría. Me detendrían y me harían regresar. Probablemente tratarían de hacerme enojar, o incluso herirme –De algún modo me harían transformarme para que Sam pudiera hacerme obedecer una nueva ley.

Sin embargo, Billy estaba esperándome, sabía que estaría harto. Estaba en el jardín, simplemente sentado en su silla de ruedas con los ojos fijos justo en el lugar por el que saldría de los árboles. Observe que vigilaba mi camino –encaminándose directo a la casa y pasando mi garaje.

“¿Tienes un minuto, Jake?”

Me detuve lo mire y luego mire hacía el garaje.

“Vamos, chico, al menos ayúdame a entrar”

Le mostré los dientes pero después decidí que me causaría más problemas con Sam si no mentía por al menos unos minutos.

“¿Desde cuándo necesitas ayuda, viejo?”

Se rió con esa risa suya. “Mis brazos están cansados. Me empujaron hasta aquí desde la casa de Sue”.

“Está de bajada. Te deslizaste todo el camino”

Rodé su silla sobre la pequeña rampa que hice para él hacia el living.

“Me atrapaste. Creo que alcance las 30 millas por hora. Fue genial”.

“Vas a romper la silla, lo sabes. Y entonces tendrás que arrastrarte con los codos”

“Para nada. Será tu trabajo el cargarme”

“Entonces no irás a muchos lados”

Billy puso sus manos sobre las ruedas y se dirigió hacia el refrigerador. “¿Quedo algo de comida?”

“Me atrapaste. Paul estuvo aquí todo el día, creo que probablemente no”

Billy suspiró. “Tendré que comenzar a esconder los víveres si queremos evitar la hambruna”

“Dile a Reachel que se vaya a la casa de él”

El tono bromista de Billy se desvaneció, y su mirada se suavizo. “sólo la tenemos por unas semanas. Es la primera vez que viene en mucho tiempo. Es difícil –las chicas ya eran mayores cuando tu madre murió, les conflictuaba más el estar en la casa”

“Lo sé”

Rebeca no había estado en casa desde que se casó, aunque tenía una buena escusa. Los boletos de avión desde Hawai son bastante caros. El estado de Washington estaba lo suficientemente cerca por lo que Rachel no tenía defensa. Había tomado clases durante los semestres de verano y trabajando turno doble durante los días feriados en algún café en el campus. Si no hubiese sido por Paul, probablemente se habría marchado bastante más rápido. Tal vez esa era la razón por la que Billy no lo había sacado a patadas de la casa.

“Bueno, iré a trabajar en algunas cosas…” comencé desde la puerta trasera.

“Espera, Jake. ¿No vas a decirme qué sucedió? ¿Tengo que llamar a Sam para que me ponga al corriente?”

Me detuve con la espalda vuelta hacia él, ocultando mi cara.

“Nada sucedió. Sam irá a despedirlos. Supongo que ahora somos un montón de amantes de chupasangres”

“Jake…”

“No quiero hablar de ello”

“¿Te irás, hijo?”

La habitación permaneció en silencio por un largo tiempo mientras decidía cómo decirlo.

“Reachel puede recuperar su habitación, sé que odia el colchón de aire”

“Prefiere dormir en el suelo a perderte. Yo también”

Resople.

“Jacob, por favor. Sí necesitas…un respiro. Lo entenderemos. Pero no tan largo esta vez. Regresa”

“Tal vez. Tal vez mi motivo sean las bodas. Hacer una aparición en la de Sam, después en la de Reachel. Jared y Kim quizá se adelanten. Probablemente deba conseguir un traje o algo”

“Jake, mírame”

Me gire lentamente. “¿Qué?

Me miro a los ojos durante un largo minuto. “¿A dónde irás?”

“No tengo un plan específico en mente”

Ladeó su cabeza ligeramente y me miro con ojos entrecerrados “¿No?”

Nos miramos el uno al otro. Los segundos se alargaron.

“Jacob” dijo. Su voz se escuchaba tensa. “Jacob, no. No vale la pena”.

“No sé de qué estás hablando”
“Deja en paz a Bella y a los Cullen. Sam tiene razón”.

Lo mire por un segundo y después cruce la habitación en dos zancadas. Agarre el teléfono y lo desconecte el cable de la caja y del auricular. Agite el cordón gris en la palma de mi mano.

“Adiós, papá”

“Jake, espera –“ me llamó, pero ya estaba afuera de la puerta, corriendo.

La motocicleta no era tan rápida como correr, pero era más discreta. Me pregunte que tanto tiempo le tomaría a Billy empujarse hacia la tienda y después pedirle a alguien que le enviara un mensaje a Sam. Apostaba a que Sam todavía estaba en forma de lobo. El problema sería si Paul regresaba a mi casa en cualquier momento. Podría transformarse en un segundo y dejar que Sam supiera lo que estaba haciendo.

No iba a preocuparme por eso. Iría lo más rápido que pudiera, y si me atrapaban lidiaría con eso cuando tuviera que hacerlo.

Patee el pedal de la bicicleta y la escuche cobrar vida, después estaba corriéndola por el camino enlodado. No miré hacia atrás al pasar la casa.

La autopista estaba llena de tráfico turístico. Me moví por entre los carros, ganándome un montón de pitidos y de señas. Tome la vuelta hacia la 101 en la setenta sin molestarme en mirar. Tuve que manejar sobre la orilla por un minuto para evitar ser golpeado por una minivan. No es que eso me hubiera matado, pero me habría alentado. Los huesos rotos –los grandes al menos- toman días en sanar completamente, como yo bien sabía.

La autopista se despejó un poco y aumente la velocidad a ochenta. No toque el freno hasta que no estuve lo suficientemente cerca del camino estrecho, entonces me di cuenta que estaba en el claro. Sam no vendría hasta acá para detenerme. Era demasiado tarde.
No fue hasta ese momento –cuando estuve seguro que lo lograría- que comencé a pensar en lo que haría exactamente. Reduje la velocidad a veinte, y esquive los arboles con más cuidado de lo que ameritaba.

Sabía que me escucharían acercarme, con o sin motocicleta, así que el factor sorpresa estaba descartado. No había manera de disimular mis intenciones. Edward escucharía mi plan tan pronto estuviera lo bastante cerca. Tal vez ya lo estaba escuchando. Pero pensé que de alguna forma esto funcionaría porque contaba con que su ego le empujaría a que peleáramos uno a uno.

Así que únicamente caminaría, vería la evidencia tan preciosa para Sam por mi mismo y después desafearía a Edward a un duelo.

Resople. El parásito probablemente conseguiría una buena patada con estas tetras.

Cuando terminará con él, tomaría a tantos del resto como pudiera antes de que me atraparan. Huh- me preguntaba si Sam consideraría mi muerte una provocación. Probablemente diría que había obtenido lo que merecía. No querría ofender a sus mejores amigos los chupasangres.

El camino se abrió en el prado, y el olor me golpeo peor que un tomate podrido a la cara. Ugh. Apestosos vampiros. Mi estomagó empezó a quejarse. El hedor era difícil de soportar –sin el disfraz de la esencia humana de la última vez que había estado aquí- era difícil, pero más soportable que detectarlo con mi nariz lobuna.

No estaba seguro de qué esperar, pero no había señales de vida cerca de la gran cripta blanca.

Por supuesto, sabían que estaba aquí.

Apague el motor y escuche el silencio. Ahora podía escuchar murmullos tensos y enojados justo al otro lado de las anchas puertas dobles. Alguien estaba en casa. Escuche mi nombre y sonreí, feliz de pensar que al menos los inquietaba un poquito.

Inspire una gran bocanada de aire –ya que dentro sería peor-y me dirigí a las escaleras del porche de una zancada.

La puerta se abrió antes de que mi puño la alcanzara y el doctor permaneció en el marco. Su mirada era grave.

“Hola, Jacob” Dijo más tranquilo de lo que había esperado “¿Cómo estás?”

Respire profundamente por la boca. El hedor que salía a través de la puerta era sobrecogedor.

Estaba decepcionado de que fuera Carlisle quien abrió la puerta. Habría preferido que fuera Edward, con los colmillos de fuera. Carlisle era tan…tan humano o algo. Tal vez eran las llamadas a la casa que había hecho durante la última primavera cuando fui golpeado. Pero me hacía sentir incomodo mirarle a la cara y saber que planeaba matarlo sí tenía que hacerlo.

“Escuche que Bella regreso con vida” dije

“Et, Jacob, realmente no es el mejor momento” El doctor parecía incomodo también, pero no de la forma que yo esperaba. “¿Podríamos hacer esto después?”

Lo mire, atónito. ¿Estaba sugiriendo que pospusiéramos la masacre para un momento más conveniente?

Y entonces escuche la voz de Bella, rota y ronca, y no pude pensar en nada más
“¿Por qué no?” Le preguntó a alguien “¿Estamos ocultándole cosas a Jacob también? ¿Cuál es el punto?”

Su voz no era lo que esperaba. Intente recordar la voz de los vampiros jóvenes con los que habíamos peleado en primavera, pero lo único que había registrado habían sido gruñidos. Tal vez aquellos otros tampoco habían tenido el penétrate sonido de la voz de los mayores. Tal vez todos los nuevos vampiros sonaban roncos.

“Adelante, por favor Jacob” La voz rota de Bella sonó más alta.

Los ojos de Carlisle se entrecerraron.

Me pregunte si Bella estaría sedienta. Mis ojos se entrecerraron también.

“Con permiso” le dije al doctor mientras lo rodeaba para entrar a la casa. Fue difícil –iba contra todos mis instintos de darles la espalda a cualquiera de ellos. Sin embargo, no imposible. Sí había algo parecido a un vampiro inofensivo, ese era el extraño y gentil líder.
Me mantendría alejado de Carlisle en cuanto la pelea empezara. Habían suficientes vampiros para matar sin tener que incluirlo.
Entré a la casa, manteniendo mi espalda viendo hacia la pared. Mis ojos examinaron el cuarto – no era familiar. La última vez que había venido a este lugar era por una fiesta. Todo estaba brillante y pálido ahora. Incluyendo los seis vampiros agrupados en el sofá blanco. 
Ahí estaban todos, juntos, Pero eso no fue lo que me detuvo y ocasionó que mi mandíbula se abriera hasta el suelo.
Era Edward. La expresión en su cara.
Lo había visto enojado, arrogante, y una vez en gran dolor. Pero esto – esto iba más allá de la agonía. Sus ojos estaban desorbitados. No volteó ni a verme. Únicamente veía al sofá que estaba a su lado, con una expresión de que alguien se encontraba ahí cubierto de llamas. Sus manos eran fierros rígidos a su lado.
Ni siquiera podía disfrutar de su angustia. Sólo podía pensar en una cosa que lo hiciera verse de esa forma, y mis ojos se dirigieron hacia el punto que él veía.
La vi al mismo tiempo en que sentí su esencia.
Su cálida, limpia y humana esencia.
Bella estaba medio escondida detrás del brazo del sofá, enroscada en posición fetal, sus brazos abrazados a sus rodillas. Por un largo segundo no podía ver más que seguía siendo la misma Bella que amaba, su piel suave, pálida, como durazno. Con sus ojos del mismo color chocolate. Mi corazón latió irregularmente, extraño, roto, y me pregunté si esto era un sueño del que estaba a punto de despertarme.
Y entonces la vi de verdad.
Había grandes ojeras bajo sus ojos, círculos oscuros que resaltaban porque su cara estaba exhausta. Estaba más delgada? Su piel parecía estar contra sus huesos – como si la piel de sus mejillas estuviera a punto de romperse. La mayoría de su oscuro cabello estaba levantado en un torpe nudo, pero unas cuantas hebras caían sobre su frente y cuello, en el brillo de sudor que cubría su piel. Había algo en sus dedos y muñecas tan frágiles que daban miedo.
Ella estaba enferma. Muy enferma.
No era una mentira. La historia que Charlie había contado a Billy no era cuento. Mientras la veía, con mis ojos saliéndose, su piel parecía tornarse un poco verde.
La chupasangre rubia – la teatrera, Rosalie – se acercó a ella, tapándome la vista, mirándola de una extraña y protectora forma.
Esto estaba mal. Yo sabía como se sentía Bella en casi todo – sus pensamientos eran muy obvios; a veces era como si estuvieran pintados en su frente. Así que no tenía que decirme cada pequeño detalle para que yo me diera cuenta de que se trataba. Sabía perfectamente que a Bella no le caía bien Rosalie. Lo había visto en sus labios cuando hablaba de ella. No era simplemente que no le cayera bien. Tenía miedo de ella. O había tenido miedo.
No había signo de miedo en su mirada ahora. Su expresión fue… de disculpa o algo así. Entonces Rosalie tomó una vasija del piso y se la acercó, colocándola bajo su mentón, justo a tiempo para que Bella vomitara ruidosamente en ella.
Edward se puso de rodillas a su lado – sus ojos llenos de tortura – y Rosalie extendió su mano para prevenir que se acercara más. 
Nada de eso tenía sentido.
En cuanto pudo levantar la cabeza, Bella me sonrió débilmente, un poco apenada “Siento mucho esto”, me susurró.
Edward se quejó en silencio. Su cabeza se posó sobre las rodillas de Bella. Ella acarició con una mano su mejilla. Lo estaba reconfortando.
No me había dado cuenta que mis piernas me habían llevado hacia ella hasta que Rosalie comenzó a silbar, apareciendo entre el sofá y yo. Para mí ella era como una persona a través de una pantalla de TV. No me importaba que estuviera ahí. No parecía real.
“Rose, no” susurró Bella “está bien”
La rubiecita se hizo a un lado, aunque podía adivinar que odiaba eso. Vigilándome, se acercó a la cabeza de Bella, tan tensa que podría explotar. Era más fácil ignorarla de lo que hubiera imaginado.
“Bella, que tienes?” susurré. Sin pensar en nada, me dí cuenta que estaba de rodillas también, recargado sobre el sofá que se encontraba frente a su… esposo. No parecía que él se diera cuenta de mi presencia, y yo no quise voltear a verlo. Busqué tocarla, tomar su mano entre las mías. Su piel estaba helada. “Te encuentras bien?”
Era una pregunta estúpida. No contestó.
“Estoy muy feliz de que hayas venido a verme hoy, Jacob”, dijo.
Aún cuando sabía que Edward no podía leer sus pensamientos, entendí que él había leído más allá de sus palabras, visto algún significado. Volvió a lamentarse, sobre la sábana que la cubría mientras ella acariciaba su mejilla.
“Qué tienes Bella?” insistí, envolviendo mis manos alrededor de sus fríos y frágiles dedos.
En lugar de responderme, miró por todo el cuarto como si buscara por algo, con súplica y advertencia en su mirada. Seis pares de ojos ansiosos la veían. Finalmente, se dirigió a Rosalie.
“Me ayudas a pararme Rosalie?” preguntó
Los labios de Rosalie estaban de tal forma que mostraba todos los dientes, y me veía con ganas de arrancarme la garganta. Estaba seguro que así era.
“Por favor, Rose”
La rubia hizo una cara, pero se acercó a ella de nuevo, a un lado de Edward, que no se movió un centímetro. Puso su brazo cuidadosamente detrás de los hombros de Bella.
“No” susurré, “no te levantes…” Parecía tan débil
“Estoy contestando tu pregunta” replicó, sonando un poco más a como usualmente me trataba.
Rosalie levantó a Bella del sillón. Edward se quedó inmóvil, colocando su cara de forma que parecía enterrada entre los cojines. La sábana cayó a los pies de Bella.
El cuerpo de Bella estaba hinchado, su torso como un balón saliendo de forma extraña, enferma. Su estómago se tensaba contra el suéter gris que era demasiado grande para sus hombros y brazos. El resto de su cuerpo parecía más delgado, como si la bola enorme en su estómago hubiera chupado el resto de ella. Tomó un segundo darme cuenta que parte de su cuerpo estaba deformada – y no lo entendí hasta que ella colocó los brazos sobre su hinchado estómago, uno encima de otro. Como si estuviera acunándolo.
Y entonces lo ví, pero no podía creerlo. La había visto un mes atrás. No había forma en que ella hubiera estado embarazada. No tan embarazada.
Excepto porque lo estaba.
No quería ver esto, no quería pensar en esto. No quería imaginarme a él dentro de ella. No quería saber que algo que odiaba tanto había hecho raíces en el cuerpo que yo tanto amaba. Mi estómago se encendió, y tuve que tragar para evitar el vómito.
Pero era peor que eso, mucho peor. Su cuerpo distorsionado, los huesos queriendo salirse por su piel. Sólo podía imaginar que ella se veía así – tan embarazada, tan enferma – porque lo que sea que tuviera dentro estaba tomando su vida para alimentar la propia.
Porque era un monstruo. Exactamente como su padre.
Siempre supe que él la mataría.
Su cabeza se levantó en cuanto escuchó las palabras en mi cabeza. Un segundo estábamos de rodillas y el siguiente se había parado, viendo hacia mí. Sus ojos eran completamente negros, los círculos bajo ellos morado oscuro.
“Afuera, Jacob” me dijo.
Me había levantado también. Ahora yo lo veía hacia abajo. Esto era por lo que yo había llegado.
“Hagamos esto” concedí
El grandote, Emmett, empujó a Edward al otro lado, con una mirada hambrienta, Jasper, estaba justo a su espalda. No me importaba. Tal vez mi manada podrían limpiar los restos cuando terminaran conmigo. Tal vez no. No importaba.
Por un pequeño segundo, mis ojos se posaron sobre los dos que estaban detrás. Esme. Alice. Pequeñas y distractoramente femeninas. Bueno, estoy seguro que los otros me matarían antes de que pudiera llegar a ellas. No quería matar mujeres, aún cuando fueran vampiros.
Aunque podría hacer una excepción con la rubia.
“No” gritó Bella, tropezando y cayendo hacia el frente, sin balance, para retener el brazo de Edward. Rosalie se movió junto con ella, como si una cadena las uniera a las dos.
“Solo quiero hablar con él, Bella” dijo Edward con voz baja, hablando solo a ella. Se acercó para tocar su cara, para acariciarla. Esto hizo que todo el cuarto se tornara rojo, haciéndome ver fuego – después de lo que había hecho con ella, aún estaba autorizado para tocarla de esa forma. “No te agites” continuó, suplicante. “Por favor, descansa. Volveremos los dos en unos minutos”
Quedó viendo a su cara, leyéndola cuidadosamente. Entonces asintió y se dejó caer en el sillón. Rosalie ayudó a ponerle cojines bajo la espalda. Bella me miró, tratando de que yo la viera a los ojos.
“Compórtate” insistió. “Y regresa”
No le contesté. No estaba para hacer promesas hoy. Volteé la mirada y seguí a Edward hasta la puerta de entrada.
Una voz al azar y desarticulada se oyó en mi cabeza, haciéndome notar que separarlo de su grupo no había sido difícil, o si?
Seguía caminando, sin checar que yo pudiera atacarlo por la espalda. Supongo que no tenía que hacerlo. El sabría cuando yo decidiera atacar. Lo que significaba que yo tenía que pensar rápidamente.
“No estoy preparado para que me mates, Jacob Black” susurró mientras se alejaba rápidamente de la casa. “Tendrás que tener un poco de paciencia”
Como si tuviera un calendario. Gruñí bajo mi aliento. “Paciencia no es mi especialidad”
Siguió caminando, talvez un par de metros más lejos de la casa, conmigo pisándolo los talones. Todo estaba ardiendo, mis dedos temblaban. En el bode, listo y esperando.
Paró sin avisar y casi tropiezo con él. Su expresión me dejó congelado.
Por un segundo parecí un niño – un niño que había vivido toda su vida en un pequeño pueblo. Solo un chiquillo. Porque sabía que tendría que vivir mucho más, sufrir mucho mas, para alguna vez poder entender la agonía reflejada en los ojos de Edward.
Levantó una mano como si fuera a quitarse el sudor de la frente, pero sus dedos repasaban su cara, como si quisiera arrancársela de un tirón. Sus ojos negros se incendiaban en su lugar, fuera de foco, como viendo cosas que no estaban ahí. Su boca se abrió y pensé que comenzaría a gritar, pero no salió sonido alguno de ella.
Esta era la cara que tendría un hombre está siendo quemado vivo.
Por un momento no pude hablar. Era tan real, esa cara – había visto una sombra de ella en la casa, visto en los ojos de ella y de él, pero esto era demasiado. El último clavo en el ataúd de Bella.
“La está matando, no es así? Se está muriendo” Y de inmediato supe que mi cara era un reflejo de la suya. Más débil, diferente, porque yo seguí en shock. No había ordenado mis pensamientos aún – todo pasaba demasiado rápido. El no tenía tiempo que perder en estos momentos. Y era diferente porque yo ya la había perdido muchas veces, de muchas formas, en mi cabeza. Y era diferente porque ella nunca había sido mía como para perderla de verdad.
Y diferente porque no era mi culpa
“Es mi culpa” susurró Edward, y sus rodillas cedieron. Se desmoronó frente a mí, vulnerable, el objetivo más sencillo que podía imaginar.
Pero yo estaba frío como la nieve – no había fuego en mí
“Sí”, se revolcó en la tierra, como si estuviera confesándole al suelo. “Sí, la está matando”
Su rota esperanza me irritaba. Yo quería pelear, no ejecutarlo. Dónde estaba su amplia superioridad ahora?
“Porqué Carlisle no ha hecho nada?” grité. “Es doctor o no? Que lo saque”
Me miró y me respondió en una voz cansada. Como si tuviera que explicarle a un niño de preescolar por décima vez. “No nos dejará”
Me tomó un minuto entender las palabras. Dios, ella estaba enloqueciendo. Por supuesto, morir por un monstruo. Era algo tan Bella.
“Tu la conoces bien” susurró. “Lo rápido que tú comprendiste y que… yo no hice. No a tiempo. Ella no habló conmigo en el camino a casa, nada. Pensé que estaba asustada – sería natural. Pensé que estaría molesta conmigo por hacer que atravesara por todo esto, por arriesgar su vida. De nuevo. Nunca imaginé lo que ella pensaba en realidad, lo que había decidido hacer. No hasta que mi familia nos encontró en el aeropuerto y ella corrió directo a los brazos de Rosalie. Rosalie! Y entonces pude escuchar lo que Rosalie pensaba. No entendí nada de eso. Pero tú lo supiste después de un segundo…” Gimió.
“Espera un momento. Ella no te dejará” El sarcasmo invadía como ácido en mi lengua. “Acaso notaste alguna vez que ella es tan fuerte como cualquier niña normal de 55 kilos? Qué tan estúpido puedes llegar a ser vampiro? Sostenla un momento y noquéala con drogas”
“Quise hacerlo”, susurró “Carlisle lo hubiera hecho…”
Qué, eran muy nobles ahora?
“No, no nobles. Su guardaespaldas complicó las cosas”
Oh. Su historia no tenía mucho sentido antes, pero ahora era diferente. Entonces de eso se trataba para la rubiecita. Pero cual era su ganancia? Acaso la reina de belleza pretendía que Bella muriera de la forma más cruel posible?
“Tal vez” dijo “Rosalie no ve las cosas de esa forma”
“Entonces hay que quitarla del camino. Tu raza pueden despedazarse y volverse a unir, como un rompecabezas no? Hazla pedazos y cuida a Bella”
“Emmett y Esme la apoyan. Emmett nunca nos dejaría… y Carlisle no me ayudará por Esme…” perdiendo la voz.
“Debiste haber permitido que Bella me escogiera”
“Sí”
Era un poco tarde para eso. Tal vez debió haber pensando en esto antes de embarazarla de ese monstruo chupa-vida.
Me quedó viendo desde el fondo de su propio infierno, y pude notar que pensaba lo mismo que yo.
“No lo sabíamos” dijo, las palabras más apagadas que el sonido de la respiración. “Nunca lo hubiera soñad. Nunca antes había existido algo como lo de Bella y yo. Cómo iba a saber que una humana podía concebir el hijo de alguien como nosotros – “
“Como las historias donde la humana queda hecha pedazos en el proceso?”
“Sí” coincidió en un susurro tenso. “Existen historias por ahí, sádicas, de íncubos y súcubos. Esos existen. Pero la seducción es sólo parte del proceso para el festín. Nadie sobrevive” Sacudió su cabeza para quitarse esa idea que era repulsiva. Como si él fuera diferente.
“Nunca supe que habían diferentes nombres para las cosas como tú” solté
Me quedó viendo, con una cara que parecía de alguien milenario.
“Incluso tú, Jacob Black, no puedes odiarme tanto como lo estoy haciendo yo mismo”
Error. Pensé, con demasiada rabia como para hablar.
“Matarme ahora no ayudará en nada” dijo calmadamente
“Entonces que lo hará?” 
“Jacob, tienes que hacer algo por mí”
“Me iría al infierno si lo hiciera, parásito”
Continuó viéndome con cara cansada, con ojos desorbitados. “Por ella?”
Apreté los dientes fuertemente. “Hice todo lo posible para alejarla de ti. Todo. Es demasiado tarde”
“La conoces Jacob. Te conectas con ella en un nivel que ni siquiera yo entiendo. Eres parte de ella, y ella es parte de ti. Ella no va a escucharme, porque piensa que la subestimo. Cree que es suficientemente fuerte para esto…” Aclaró su garganta y tragó saliva. “Quizá te escuche a ti”
Se puso de nuevo en pie, con los ojos brillando de rabia, enloquecido. Me pregunté si realmente se estaba volviendo loco. Los vampiros podían perder la razón?
“Quizá” respondió a mi pensamiento. “No lo sé. Parece que sí” sacudió la cabeza. “Tengo que ocultar lo que siento por ella, porque la estresa demasiado y la enferma más. No podría soportar esto. Tengo que parecer calmado; no podría hacérselo más difícil. Pero eso ya no importa. Te tiene que escuchar!”
“No sé que otra cosa podría decirle que no le hayas dicho tú. Qué quieres que haga? Decirle que es una estúpida? Probablemente ella ya sabe eso. Decirle que se morirá? Te aseguro que también lo sabe”
“Ofrécele lo que ella quiere”
No tenía ningún sentido lo que me decía. Sería parte de su locura?
“No me importa nada más que mantenerla con vida”, dijo, concentrándose de pronto. “Si desea un hijo, puede tenerlo. Puede tener una docena de bebés. Lo que quiera.” Pausó un segundo “Ella puede tener cachorritos si es necesario”
Buscó mi mirada por un momento y su cara parecía frenética aún bajo esa máscara de control. La furia desapareció en cuanto procesé sus palabras, y sentí como mi boca se abrió en shock.
“Pero no de esta forma!” silbó antes de que pudiera recobrarme. “No con esta cosa que le quita la vida mientras no puedo hacer nada por salvarla! Mirándola enfermar y desperdiciar su vida. Viéndolo lastimarla” Trató de tomar aire como si alguien le hubiera dado un puñetazo en el estómago. “Tienes que hacerla entrar en razón, Jacob. No me va a escuchar a mí. Rosalie siempre está ahí, alimentando su locura – apoyándola a seguir. Protegiéndola. No, protegiendo a eso. La vida de Bella no significa nada para ella”
El sonido que salió de mi garganta sonó como si estuviera en shock.
Qué era lo que decía? Que bella debía qué? Tener un bebé? Conmigo? Qué? Cómo? Acaso la iba a abandonar? O pensaría que a ella no le importará ser compartida?
“Lo que sea. Lo que sea que la mantenga con vida”
“Esa es la locura más grande que has dicho” murmuré
“Ella te ama”
“No como a ti”
“Está lista para morir con tal de tener un bebé. Tal vez acepte algo menos extremista”
“Acaso no la conoces?”
“Lo sé, lo sé. Será difícil convencerla. Es por eso que te necesito. Tu sabes como piensa. Hazla ver su error”
No podía pensar en lo que estaba sugiriendo. Era demasiado. Imposible. Mal. Enfermo. Prestarme a Bella los fines de semana y regresarse los Lunes por la mañana como si fuera una película en renta? Demasiado complicado.
Demasiado tentador.
No quise considerarlo, no quise imaginarlo, pero las imágenes me invadieron de todas formas. Había fantaseado con Bella de tantas formas, cuando aún había posibilidad entre nosotros, y también tiempo después cuando fue claro que las fantasías sólo dejaban marcas dolorosas porque no teníamos posibilidad, ninguna. No fue posible detenerme entonces. No podía detenerme ahora. Bella en mis brazos, Bella suspirando mi nombre…”
Peor aún, esta era una nueva imagen, algo que no había pensado antes, una que no debió existir para mí. No aún. Una imagen que sabía no desearía hasta dentro de mucho tiempo si no fuera porque estaba en mi cabeza ahora mismo. Pero estaba ahí, tejiendo hilos en mi cabeza como una hierba mala – venenosa e incapaz de erradicarse. Bella, saludable y gloriosa, tan diferente a ahora, pero igual: su cuerpo, sin distorsionarse, cambiando en una forma más natural. Creciendo con mi hijo.
Traté de escapar de ese pensamiento venenoso. “Hacer que Bella entre en razón? En que universo vives?”
“Al menos inténtalo”
Sacudí mi cabeza con rapidez. El esperó, ignorando la respuesta negativa porque podía escuchar el conflicto en mi cabeza. 
“De donde viene todo esta basura psicológica? La inventas de la nada?”
“He pensadp únicamente en la forma de salvar su vida desde que me dí cuenta lo que planeaba hacer. Por lo que moriría. Pero no sabía como contactarte. Sabía que no me escucharías si te llamaba. Habría ido a buscarte pronto, si no hubieras venido hoy. Pero es difícil dejarla, aunque sea unos minutos. Su condición… cambia rápidamente. La cosa está… creciendo. Constantemente. No puedo alejarme de ella ahora”
“Qué es esa cosa?”
“Nadie de nosotros tiene idea. Pero ya es más fuerte que ella.”
Podía ver de pronto – ver al monstruo en mi cabeza, rompiéndole las entrañas.
“Ayúdame a detenerla” susurró. “Ayúdame a que esto no pase”
“Cómo? Ofreciendo mis servicios como semental?” Ni siquiera hizo algún gesto al escucharme decir eso, pero yo sí. “Estás enfermo. Nunca escuchará esta locura”
“Inténtalo. No hay nada que perder ahora. En qué podría lastimar?”
Me lastimaría. No ya había pasado por demasiados desplantes de Bella como para hacer esto?
“Tan sólo un poco de dolor con tal de salvarla? Es un precio muy alto?”
“Pero no funcionará”
“Tal vez no. Aunque quizá la confunda. A lo mejor dude de su decisión. Un pequeño momento de duda es todo lo que necesito”
“Y después retirarás lo dicho con respecto a tener bebes y dirás ‘estaba bromeando Bella’”
“Si ella desea tener hijos, eso es lo que tendrá. No me echaré para atrás”
No podía creer en que estuviera pensándolo. Bella me golpearía – no me importaba demasiado, pero probablemente le rompería la mano de nuevo. No debí dejar que hablara conmigo, jugando con mis pensamientos. Debería matarlo ahora mismo.
“No aún” susurró. “No aún. Bien o mal, esa cosa la destruirá y lo sabes. No hay necesidad apresurarse. Si ella no te escuchas, te daré la oportunidad. En el momento en que el corazón de Bella deje de latir, iré a rogarte que me mates”
“No tendrás que rogar mucho”
El rastro de una leve sonrisa se dibujó en la orilla de sus labios. “Estoy contando con eso”
“Entonces es un trato”
Accedió y me ofreció su mano.
Tragándome el asco, nos dimos la mano. Mis dedos se cerraron alrededor de una piedra. Me estremecí de inmediato.
“Es un trato”, accedió.

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