8 dic 2011

Artículo de Kristen Stewart en “Glamour” Magazine de Diciembre (México)


La nueva película de la saga Twilight, Robert Pattinson, la muy esperada escena de sexo… Kristen, tenemos mucho de qué hablar.
No nos saludamos: chocamos. Justo cuando me dispongo a tocar la puerta de su departamento en Londres, Kristen Stewart está a punto de salir. Nos quedamos frente a frente durante unos (incómodos) minutos, hasta que me dice que la espere arriba mientras ella va a comprar algo a la tienda de la esquina…

De entrada, resulta sorprendente ser invitada a su hogar temporal en Londres mientras filma Snow White and the Huntsman (algo poco común para una celebridad), pero es todavía más asombroso encontrarme con que sólo vamos a ser nosotras dos durante la entrevista: cero publicistas alzando la ceja ante una pregunta incómoda o checando constantemente su reloj para dar por terminada la cita.
En la hora siguiente, nos la pasamos muertas de risa: Kristen es graciosa, no le da pena decir groserías ni burlarse de sí misma y, además, está abierta a cualquier pregunta. Claro, que la conteste o no es otra cosa.
Al regresar de la tienda, Kristen se ve bastante relajada. Tiene el cabello recogido en una cola de caballo y está vestida con sus clásicos skinny jeans, una camiseta vieja y su inseparable sudadera. Totalmente lo opuesto a aquella chica nerviosa y tímida que en 2007 se subió al tren de la saga Twilight.
“Es una opinión acertada”, dice entre risas cuando se lo hago notar. “Creo que sencillamente era muy joven, no me esperaba tanta atención y trataba de no ser falsa. Siempre veía cómo las personas que conocía de toda la vida, a la hora de dar una entrevista, se transformaban completamente. Me daba mucho miedo ser así. Si me hacían una pregunta, podías ver todo mi proceso de pensamiento impreso en mi cara. Era como: “¡Disimula un poco! ¿Qué estás haciendo?”

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