25 dic 2011

Elizabeth Reaser- Reseña de ‘Young Adult’




Para quitarnos esta idea de la cabeza desde el inicio mismo, debemos confesar que ver a la rubia Charlize Theron interpretando a una atractiva treintona en plena crisis existencial, que se entrega a la bebida y despierta todos los días en su apartamento con la ropa puesta, nos remitió de inmediato a “Bad Teacher”, una comedia reciente en la que Cameron Diaz hacía de un personaje parecido.
Antes de que los cinéfilos pongan el grito en el cielo para precisarnos que lo de Diaz fue un disparate dilapidado por la crítica (y que a nosotros en cambio nos gustó, como se puede notar en esta reseña), mientras que “Young Adult” es una película ‘respetable’ que se encuentra dirigida por Ivan Reitman (“Juno”, “Up in the Air”) y escrita por Diablo Cody (de la misma “Juno”), reconoceremos que esta nueva producción es mejor… aunque no deje de recordarnos a la anterior.

“Young Adult” se estrena hoy de manera limitada en Los Angeles y en Nueva York, y sale a nivel nacional en los Estados Unidos el próximo viernes. En ella, Theron (“The Devil’s Advocate”, “Monster”) es Mavis Gary, una mujer que fue muy popular en la escuela gracias sus incuestionables atractivos físicos, y que tuvo luego sus quince minutos de fama debido a la creación de una serie de novelas para adolescentes (de ahí el “joven adulto” del título, aunque el asunto va más allá). El problema es que los libros ya no se venden, aunque ella se empeñe en creer lo contrario.

Sin mayores horizontes en la vida, con la mentalidad de una adolescente y con un fracaso matrimonial a sus espaldas, Mavis se pasa los días -y las noches- viendo televisión, tomando Coca-Cola, emborrachándose soberanamente y tratando de vez en cuando de escribir una línea. No entendemos realmente de qué vive, pero nos imaginamos que recibe todavía uno que otro cheque de regalías; y lo cierto es que su nivel de existencia no es precisamente exigente, en desmedro de lo que le cuenta a todo el mundo.

La falta de perspectivas de Mavis se hace más evidente en el momento en el que decide regresar a su pueblo de origen para tratar de recuperar el amor de Bunny Slade (Patrick Wilson), su novio de la escuela, que se encuentra ahora casado con Beth (Elisabeth Reaser) y acaba de tener a su primer hijo. En el transcurso de la aventura, Mavis se reencuentra también con Matt Freehauf (Patton Oswalt), otro ex compañero de la Secundaria, esta vez con sobrepeso e impedimentos físicos (pero con un carisma de ‘nerd’ superado que se convierte en una de las mejores apuestas de la historia).

Por una razón u otra, la trama no suena realmente novedosa, y nos hace sentir que sabemos lo que pasará en ella. Y si bien las expectativas se ven más o menos confirmadas cuando se ve la película, “Young Adult” mantiene todavía una frescura y un encanto que le deben mucho a su buena factura, a la lograda intervención de su reparto (Theron está simplemente estupenda) y, por supuesto, a la presencia de un sentido del humor que, sin resultar siempre explosivo, es capaz de desatar sonoras carcajadas.
Reitman y Cody se han preocupado por elaborar una película de impronta moderna y de sensibilidad conscientemente ‘indie’ , como lo prueban desde los créditos de apertura, que acompañan a Mavis durante su regreso al pueblo de Mercury, en Minnesota, mientras escucha en su auto un viejo cassette con una canción que repite una y otra vez: “The Concept”, de Teenage Fanclub.

A medida que la canción termina y se reinicia (esta chica es una fan), las imágenes muestran el carrete de la cinta en movimiento, algo que no funciona realmente como un aporte narrativo, pero que resulta cuando menos una manera original de empezar la película.
Este es el único ‘desliz’ visual de Reitman, quien durante el resto del filme se dedica a filmar de manera sencilla y concisa lo que le ocurre a los personajes, sin hacer cortes ni desviar la mirada en los momentos en los que Mavis se coloca en situaciones realmente embarazosas debido al exceso de bebida, lo que podría ser desde ya la advertencia más fuerte que se pueda hacer contra el alcoholismo en las mujeres bellas.

Pero nada de esto lo lleva a dejar de lado la buena música, que circula libremente en varias de las escenas de la película, incluso en la desconcertante secuencia en la que la banda de rock de la esposa de Buddy (conformada enteramente por madres) le brinda a la protagonista una ingrata sorpresa.
La película tiene también un curioso manejo de la publicidad; como ya lo señalamos, Mavis es una ávida consumidora de cierta bebida gaseosa (en su versión ‘light’, eso sí), y al llegar a Mercury, se da cuenta de que el supuesto progreso del lugar se plasma en la apertura de algunas grandes cadenas de comida rápida y de almacenes. Todos estos lugares y productos son mostrados de manera muy clara, con sus nombres en alto; pero esto no quiere decir que se promueva su uso, ya que el tratamiento que se les da es evidentemente irónico.

Ninguna película está obligada a tener un mensaje, y es por ello que -sin brindar detalles al respecto- “Young Adult” no brinda respuestas definitivas a los dilemas de Mavis ni la obliga a la típica redención hollywoodense. Pero hay un momento en el que se saca algunos problemas de encima mediante una conversación que no es del todo convincente; y es entonces cuando deja la sensación de que es una cinta entretenida y con muchos aspectos interesantes, pero no una obra maestra.


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